El padre de la derrota
Coqueteó con todos, cumplió con poco. Sintió que su gestión sería “histórica” y recibió un cachetazo en las urnas. Hizo algunas modificaciones estructurales importantes, pero la tan mentada “transparencia” no fue tanto, como tampoco las viviendas que construyó de aquellas 10.000 que prometió la primera vez que se postuló.
Endilgarle la culpa a Enrique Picco de la derrota es no haber seguido el proceso pendular o zigzagueante -según la ocasión- que mantuvo el actual intendente. Quizo hacer “la gran Cristina” eligiendo al sucesor y las urnas se despacharon con un tercer lugar cómodo para su alfil.
Alcanzó el poder de la mano de Alicia Kirchner y se jactaba de su llegada a las oficinas de Desarrollo Social de la Nación, porque había gestionado allí -en las ubicadas en la calle Balcarce de la ciudad de San Luis- antes de ser Intendente por primera vez.
Cristina Fernández de Kirchner fue su lideresa y Kolina marcó su norte. No había otro rumbo para el entonces novel intendente. Eran la épocas en las que también para Claudio Poggi la Presidenta no era la feroz enemiga en la que después se transformó.
Sorprendió a todos reuniéndose y tejiendo una extraña relación con Adolfo Rodríguez Saá, a quien secrétamente admira, según palabras de alguno de sus colaboradores. “El Adollfo” había querido dividir la ciudad cuando Carlos Ponce -su padre- era intendente, lo que ocasionó una pueblada que lo impidió y la enemistad furibunda con el patriarca de la familia municipal.
Al final de su primer mandato se acercó a Alberto y cuando este fue electo gobernador sorprendió (o no tanto) cuando el mandatario provincial se hizo presente en su segunda asunción.
Hubo épocas de abrazos y convenios firmados, pero a poco de andar comenzó a cuestionarlos. Siempre se refugió en las acciones “institucionales”, cuando recibía críticas.
Después volvió a acordarse -cuando el cariño terminó- de “la Navidad sin Ponce” que había sufrido su padre Carlos y arremetió con las críticas y bravuconadas a través de Twitter.
En su segundo mandato de manera inmediata se acercó al Presidente Macri y denostó al kirchnerismo, como si jamás hubiese pertenecido a esa fuerza.
Ya en las postrimerías de su segunda gestión hizo una alianza con su antiguo enemigo, Claudio Poggi y compartió la fórmula de candidatos del macrismo para pelear por el gobierno de la Provincia en San Luis.
Incumplió acá también lo pactado y se alejó del candidato de San Luis Unido, Gastón Hissa, para ungir uno propio, que saldría, según dijo en una reunión de los periodistas “de esta mesa” que compartía con su hermano Carlos (el único que consiguió un cargo, quedando como concejal porque iba en primer término) su secretario de Gobierno, Francisco Petrino (al que después echó de mala manera) y quien fue finalmente el desginado, Enrique Picco.
Sería erróneo pensar que Picco se corrió un centímetro de las estrategias que marcó su jefe, que se alió a último momento con la fracción del radicalismo menos exitosa y también con algunos personajes del adolfismo fracasado en las últimas elecciones a gobernador.
Picco, en todo caso, fue un obediente soldado que se inmoló tras las órdenes del jefe. Días después de las elecciones del 27 de octubre hacíamos un análisis de lo sucedido, anticipando de algún modo el resultado que finalmente se dio este 10 de noviembre.
Enrique Ponce, con sus caprichos y malhumores es sin dudas el padre de la derrota. En las urnas no alcanza con bloquear a los que lo critican, como hacía en las redes sociales. La gente lo cobra.
“Se subió a todas las olas de la moda y después las fue abandonando, dejándolas sin presupuesto o desmantelándolas”, describió una ex funcionaria que luego fue perseguida mediáticamente por no hacerle “saludo uno” al intendente.
No son pocos los rumores que hablan de un acuerdo entre Ponce y Alberto Rodríguez Saá para que su candidato ganara la intendencia. Al menos así lo reflejaba en agosto de este año La Política On Line en un artículo y era rumor de pasillos en la capital puntana.
No sabemos en verdad hemos sido bloqueados de sus redes sociales o si la cuenta oficial de Enrique Ponce ya no existe, como quizá suceda con su futuro político.
Informe: Gustavo Senn
gustavosenn@gmail.com