La Brigada COVID realizó dos operativos en la ciudad de San Luis y uno en Juana Koslay.
La música alta, la juntada entrega amigos y el descuidado a las normas fueron la síntesis de la madrugada de este domingo. La Brigada COVID-19 desbarató tres fiestas clandestinas, dos en la ciudad de San Luis y una en Juana Koslay. Según los reportes de la policía fueron detectadas 43 personas.
La primera:
Fue cerca de la medianoche, a las 23:50 del sábado. El procedimiento fue en la calle Pringles al 1500, antes de llegar a Mendoza en la capital puntana. Los efectivos detectaron la música a alto volumen.
Los oficiales tocaron la puerta y los atendió el dueño, de apellido Lucero, quien les aseguró que eran pocos integrantes. Contabilizaron 14 personas todas mayores de edad.
“Teniendo en cuenta la prohibición de fiestas, reuniones, conglomeración de personas, es que se solicitó personal de Comisaria Seccional Primera y personal de Inspectores de la Municipalidad para el labrado de actas inherentes”, informaron las fuentes que intervinieron.
La segunda:
Ocurrió a las 4:30 en un domicilio de avenida Italia al 1600, también, sospechado por el volumen alto.
Sonó la puerta y atendió una joven de 19 años, quien dijo que había varias personas en festejo y que desconocía la cantidad exacta. Había 17 personas. Todos fueron notificados por el artículo 205 del Código Penal y el Decreto de Necesidad y Urgencia.
La tercera:
En Juana Koslay la música se acabó a las 4:30 también. Fue en la calle Manantial al 2500, donde se pudo oír el volumen alto.
Personal de la Comisaría Quinta se sumó al operativo. El dueño de casa insinuó que estaba contento y disfrutando del momento pero la policía encontró a ocho personas escondidas en un lavadero.
